viernes, 30 de marzo de 2012


" Fuera de la escuela, recuerdo algunas grandiosas peleas, con chicos de las casas próximas, batallas a pedradas que felizmente no llegaban a hacer sangre ni lágriams, pero en las que no se ahorraba el sudor. Los escudos eran tapas de cacerolas que íbamos a buscar a los basureros. Aunque yo nunca haya sido de valentías extremas, me acuerdo de una vez en que ataqué bajo una lluvia de piedras, y sólo por ese gesto heroico puse en desbandada a los dos o tres enemigos que se nos enfrentaban. Aún hoy tengo la impresión de que, al avanzar así, a cara descubierta, desobedecía una regla tácita de combate, como era la de que cada ejército se mantuviera en sus posiciones y a partir de éstas, sin cargas ni contracargas, disparar al adversario. Más de setenta años después, por entre las bruams de la memoria, consigo verme con la tapa de la cacerola en la mano izquierda y una piedra en la mano derecha (dos en los bolsillos de los pantalones), mientras la fusilería de los dos lados pasaba sobre mi cabeza".
                                                                                                 José Saramago
                                                                                        "Las pequeñas memorias"

1 comentario:

  1. que hermosos recuerdos de mi niñez volvieron a mi mente leyendo este texto! que feliz me sentia jugando!! todo era real cuando imaginaba que saltaba entre piedras en el agua y solo habia tierra y pasto a mi alrededor o jugar a la maestra con mis amigas en el patio de mi casa...que lindos momentos!!

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